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El desarrollo es un río muy engañoso, cosa de la que no tardara en convencerse todo aquel que entre en su corriente. En la superficie las aguas fluyen lisas y rápidas pero basta que el timonel, demasiado seguro de si mismo, haga virar su barco despreocupadamente para que se evidencie cuantos remolinos peligrosos y extensos medanos se esconden en ellas. A medida que el barco se vaya encontrando con estas trampas, la cara del timonel se ira alargando.
(El Sha, KAPUSCINSKI)
El que para muchos es el mejor periodista del siglo XX, a partir del caso iraní, demuestra a aquel que lea el Sha, la desmesura del poder, las enormes dificultades existentes detrás de la idea de desarrollo. Kapuscinski describe con sarcasmo los despilfarros y las meteduras de pata de El Sha en su proyecto de "Gran Civilización".
Famoso en Occidente por inundar las revistas de papel cuché y factor fundamental para comprender la posterior irrupción de la revolución islámica de Khomeini, el siniestro Sha pensó que con el dinero del petróleo le bastaría para hacer de Irán la tercera potencia mundial.
Por suerte o por desgracia, un Estado (o un hombre) con mucha riqueza no basta para desarrollar un país, la "maldición de los recursos" y las dificultades de la Fundación Melinda Gates también lo corroboran.
Por suerte o por desgracia, ningún superman puede transformar el mundo solo y me temo que para ello lo importante viene de abajo. Sé que no he descubierto la rueda pero parece que la Historia esta repleta de personajes que si lo creyeron.
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