jueves, 26 de febrero de 2009
¿Dónde esta el límite de la ayuda al desarrollo?
Si ojeáis la sección deportiva de El País de hoy, hay un artículo titulado "una dictadura en moto GP". En él, Oril Puigdemont nos comenta que en la próxima temporada de motociclismo, la "categoría reina" contará con un equipo financiado con fondos del Pocero y del régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial.
Casualmente, hoy mismo, mi profesor de Cooperación al Desarrollo nos planteaba un dilema importante al adentrarnos en la problemática del desarrollo: ¿Basta con tener una renta per capita considerada "subdesarrollada" para beneficiarse de la ayuda al desarrollo procedente de los países desarrollados (o arrolladores)?
Antes de leer esta tarde el artículo, ya tuve ganas de plantear al profesor que un país como Guinea Ecuatorial, con unos ingresos extraordinarios procedentes del petróleo, no debería beneficiarse de la ayuda al desarrollo de países donantes como España. Si el clan Obiang acapara la riqueza del país a base de represión, lo último que debe hacer un Estado como España es repartir "migajas" entre los ecuatoguineanos. Desde luego existirán interés paralelos (económicos, geoestratégicos,...) que expliquen por qué demonios se sigue dispensando ayuda al desarrollo a un país que antepone el gasto público en publicidad de un evento deportivo en lugar de cubrir las necesidades básicas de su población o la inversión en infraestructuras que permitan impulsar la economía real.
Algunos pensareis que la publicidad puede impulsar el turismo, un sector que como bien sabemos en España, puede favorecer el desarrollo económico del país. Sin embargo desarrollo económico no implica disminución de la desigualdad o menos pobreza. Las desigualdades seguirán creciendo mientras los Obiang, Pocero y Co. acaparan la riqueza del "Kuwait africano" mientras la población oprimida y pauperizada continua sobreviviendo mediante la ayuda al desarrollo.
Esta es una muestra de las numerosas contradicciones existentes en la actualidad, un ejemplo claro de la necesidad de cambios en la gestión de la ayuda al desarrollo a nivel internacional. Son necesarios más fondos (el famoso 0,7 del PIB de los países desarrollados bastaría) pero también una mejor administración de éstos. Si se establecen unas condiciones coherentes (lejos de las premisas del Consenso de Washington) los dirigentes corruptos como Teodoro Obiang deberán preocuparse muchos más por sus poblaciones si desean mantener el orden y perpetuarse en el poder.
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hola pichón, he escrito sobre tu entrada en mi blog, aunque quiero hablar más sobre esta entrada!
ResponderEliminarPichón, tengo un problema con tu blog. Nunca sé qué comentar, aunque me interesen los temas.... Hasta a mí me pasan estas cosas ;)
ResponderEliminarBesos desde las nieves.