s Esta semana, en la cafetería de la universidad, dejamos a un lado por un instante a Guti y al "Pipita" para charlar sobre la importancia de la coherencia entre discursos y práxis. Todos admitimos la imposibilidad de alcanzar una coherencia absoluta aunque nos pareció importante el esfuerzo por aproximarse a ella.
El asunto siempre me ha parecido importante pero a lo largo de la semana he puesto en duda su viabilidad en el entorno globalizado actual.
Por poner un ejemplo enrevesado (que bien podría ser el guión de la próxima película de Michael Moore), en los últimos años, el superávit comercial chino (fundamentado en la economía de exportaciones) ha sido empleado en comprar los bonos del tesoro estadounidenses que permitían financiar a bajo coste las guerras de Irak y Afganistán. Es tal la interdependencia fruto de la globalización, que comprando cualquiera de los miles de objetos fabricados en China, colaborábamos indirectamente en la financiación de "la guerra contra el terror" de Bush Jr. y compañía. O como el activista pro-Tibet de la viñeta, podemos tener un discurso en contra de la política china y al mismo tiempo enriquecer a través de nuestro consumo al régimen político al que nos oponemos.
¿Cómo ser coherente en el desorden actual?
La respuesta local es una alternativa pero, además, no debemos olvidar que el sistema económico mundial esta falto de una coherencia entre un texto (discurso oficial) favorable a una sostenibilidad económica, social y medioambiental que su textura (práctica) no siente.
N.S.: El binomio texto/textura es atribuible a Don Ramón Espinar (2009)
A mí también se me ocurrió escribir sobre coherencia después de la conversación (a voces)... Lo que pasa es que me iba a quedar una cosa farragosa (o una vaguedad de cuatro líneas), así que lo dejé para mejor ocasión.
ResponderEliminarLo de texto y textura es de Henri Lefevbre, pero mola que me cites ;)
Otra cosa: el sistema económico mundial no tiene discurso...
ResponderEliminarEl mero hecho de entender que hay un sistema económico mundial "es" en sí mismo un discurso, pero no existe sino como interpretación de la realidad.
¿O son el FMI y el Banco Mundial quienes articulan el discurso oficial del "sistema capitalista"? Precisamente, una de las cosas que caracterizan el modelo capitalista es que no hay una instancia que controle el modelo en la escala en que este se mueve (global).
¡¿Lo de texto y textura es de Lefevbre?! ¡Se me ha caído un mito!
ResponderEliminarYo no he hablado de FMI y BM. Estoy de acuerdo en que no hay una instancia que maneja los hilos desde arriba. Sin embargo, si existen unas reglas en el sistema financiero y comercial interacional ("mi" sistema económico mundial)que no son simplemente una interpretación de la realidad.
Por poner un ejemplo, las negociaciones en las Rondas de la OMC tienen unas consecuencias importantes para las economías nacionales (tanto de países del Norte como del Sur). Hoy en día, ningún Estado puede imponer las reglas en el ámbito del comercio internacional de ahí que se esté prolongando más de lo deseado la "Ronda del Desarrollo (Doha)". Aún así, como todos sabemos, no todos los Estados tienen las misma voz, de ahí que las normas emanadas de estos organimos perpetuen las relaciones de poder internacional y se incremente la brecha entre Norte y Sur.
Todo discurso y toda norma son construcciones sociales. Las normas hegemónicas requieren tiempo para ser transformadas porque generalmente necesitan discursos que las legitimen. Es importante la construcción de discursos emancipadores pero no debemos obviar la transformación de las normas que los acompañan.
Sí, si estamos de acuerdo en eso, pero no se puede hablar de discurso oficial porque no hay ninguna instancia que lo produzca. Nada más.
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